Y el mundo clavado al piso

("Luz por la ventana", fotografía de Brookei)





Despierto. Fumo un cigarrillo y comienza el día. Las luces empiezan a llenar la habitación y el café humea en la taza, solitaria sobre la mesa. Y el sol entra, despedido desde el cielo por un haz que atraviesa mis cortinas y se cuela en medio de ellas clavándose como una estaca transparente. Y el vapor, el humo, el tiempo no puede y no debe más que pasar a través de ese haz, de forma inexplicablemente translúcida, que corta el aire y el humo y el vapor y mis cortinas estrellándose en el suelo, sosteniendo el tiempo al suelo.
Despierto.
Termino el café y el cigarro. Y el haz desaparece. El mundo vuelve a correr; ya no está detenido por un haz dorado enterrado en el suelo de mi habitación.

Comentarios

Flakicienta dijo…
Me encanto
mucho la foto,
como tan sensilla
puede decir tanto!

muy bella!
Mujer de agua dijo…
sublime....
el despertar
LUJURIA dijo…
a veces extraño esos momentos únicos en medio de días agitados, esos momentos tuyos casi inexplicables, que a pesar de todo cuanto lo expliques solo tú y nadie más que tú puede entenderlo.
el sin libro dijo…
me huele tan a mi pasado. A mis días de desayunos eternos, de cigarros agrios viendo el tren pasar a lo lejos. De la boca con migas de pan, pensando en mi mediodía, de los planes, de las manos que podía o no podía tomar. Y las canciones. El playlist repetido que renovaba al son de alguna brisa. La tetera que hervía una y otra vez. El té verde. El teclado que corría para decir cosas, para decirme lo de antes, lo de siempre.

Tu texto. Tu texto me trajo esos tiempos. Y es una melancolía sabrosa tener esos viajes. Saber que hoy todo es distinto, pero que no deja de ser el todo. El escenario. La historia mía, y la de algunos.

Un abrazo

Feliz año, cumpa

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