Y el mundo clavado al piso

Despierto. Fumo un cigarrillo y comienza el día. Las luces empiezan a llenar la habitación y el café humea en la taza, solitaria sobre la mesa. Y el sol entra, despedido desde el cielo por un haz que atraviesa mis cortinas y se cuela en medio de ellas clavándose como una estaca transparente. Y el vapor, el humo, el tiempo no puede y no debe más que pasar a través de ese haz, de forma inexplicablemente translúcida, que corta el aire y el humo y el vapor y mis cortinas estrellándose en el suelo, sosteniendo el tiempo al suelo.
Despierto. Termino el café y el cigarro. Y el haz desaparece. El mundo vuelve a correr; ya no está detenido por un haz dorado enterrado en el suelo de mi habitación.
Despierto. Termino el café y el cigarro. Y el haz desaparece. El mundo vuelve a correr; ya no está detenido por un haz dorado enterrado en el suelo de mi habitación.
Comentarios
mucho la foto,
como tan sensilla
puede decir tanto!
muy bella!
el despertar
Tu texto. Tu texto me trajo esos tiempos. Y es una melancolía sabrosa tener esos viajes. Saber que hoy todo es distinto, pero que no deja de ser el todo. El escenario. La historia mía, y la de algunos.
Un abrazo
Feliz año, cumpa